"Los 42, un loco fantasma" por Omar Marsili

22/06/2011
Uñas cortas vaselina cinta hipoalergénica y un arsenal de protectores para que el cuerpo sufra algo menos. Sufrir vamos a sufrir porque los 42 son un derroche de placer recubierto de orgullo con una dosis alta de masoquismo. Por suerte están los optimistas que te irán comentando el logro del trayecto recorrido y los otros, con ganas de restar te avisarán cuanto falta y aunque parezca lo mismo es muy distinto.
Para el domingo pronostican frío pero a quien le importa la temperatura cuando el corazón está de fiesta y a esta fiesta fueron especialmente invitados los perros vagabundos, el viento en contra, suegras y yernos, el vecino que tiene la bocina del auto recién reparada, las piernas y la cabeza que moverán el cuerpo por las calles envueltas con la euforia de 2000 comecalles sedientos por acariciar el apasionante logro del maratón.
Los 42 son un metejón que se pinta tranco a tranco, un matrimonio con la distancia.
Por suerte en varias esquinas encontraremos músicos para acompasar el ritmo, impulsar el alma, habrá agua y ojalá que sea en botellas o bolsas y no una generosidad del cielo que moja pero no siempre hidrata en el lugar indicado. Lo bueno sería que llueva en los campos que necesitan mas agua que los corredores.
Mas allá de la temperatura y el agotamiento está el arco de llegada y aunque todavía nos falta correr 42 kms. Para lograr el objetivo, el corazón ya late agitado y las piernas perciben que tendrán mucho trabajo.
Alos acostumbrados a esta distancia les deseo suerte, a los debutantes les digo que el domingo espantarán a un fantasma que jamás necesito una sábana para asustar a la gente.
Omar Marsili
Autor de “el maratonista”


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